«A esas horas de la madrugada, Agilulfo tenía siempre necesidad de dedicarse a un ejercicio de exactitud: contar objetos, ordenarlos en figuras geométricas, resolver problemas de aritmética. Es la hora en que las cosas pierden la consistencia de sombra que las ha acompañado en la noche y vuelven a adquirir poco a poco los colores, pero mientras tanto atraviesan algo así como un limbo incierto, apenas rozadas y casi aureoladas por la luz: la hora en que menos seguros estamos de la existencia del mundo. [...] Entonces se ponía a contar: hojas, piedras, lanzas, pinas, cualquier cosa que tuviera delante. O a ponerlas en fila, a ordenarlas en cuadrados o en pirámides. El dedicarse a estas ocupaciones exactas le permitía vencer el malestar, absorber el descontento, la inquietud y el marasmo, y recobrar la lucidez y compostura habituales» [Calvino, Italo (2023 [1959] El Caballero Inexistente, Espanya, Editorial Siruela].


Feu clic aquí per veure la imatge en gran.
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció
Col·lecció